En este tratado se detallan los 33 pueblos (los del valle del río Querol y los limítrofes con el Capcir y el Conflent) que pasaban a formar parte de pleno derecho de Francia.
Todos ellos pertenecían a la cara norte de los Pirineos y venían siendo administrados desde la península Ibérica desde la época romana.
A última hora, los representantes de ambos Gobiernos, al ir a firmar el tratado, se dieron cuenta de que, debido a un error técnico, Llivia quedaba como un enclave español dentro del nuevo territorio francés por tener el título de villa y no de pueblo.
Dado que los representantes de ambos Gobiernos querían firmar la paz cuanto antes, como solución de urgencia, Francia aceptó que Llivia permaneciese bajo soberanía española a condición de que nunca fuese fortificada.
Anteriormente se había celebrado en Ceret una conferencia de tipo técnico para fijar los criterios del tratado.