Existen varios tipos de trampa para ratones, cada uno con sus propias ventajas y desventajas.
El arco de alambre se cierra rápidamente y con mucha fuerza cuando, normalmente un ratón o una rata, toca la trabilla.
El diseño es tal que el cuello del ratón se romperá; también puede quebrar sus costillas, o su cráneo.
Los electrodos se encuentran aislados en una caja de plástico para evitar lesiones a los seres humanos y animales domésticos.
La supervivencia después de la liberación no está garantizada, ya que los ratones tenderán a buscar asentamientos humanos, donde podrían encontrarse con ratoneras letales o pueden ser comidos por los depredadores.