Un vehículo en buen estado abandonado, una mochila, una prenda, un animal doméstico llamativo, un cadáver o cualquier cosa a las que se les adhiere un mecanismo con explosivos pueden ser perfectamente empleados como trampas cazabobos.
Aproximadamente en 1590, la palabra comenzó a aparecer en el idioma inglés como booby, que significa "persona estúpida, pájaro lento".
La frase trampa explosiva se aplicaba originalmente a las bromas de los escolares, pero adquirió una connotación más siniestra durante la Primera Guerra Mundial.
Además, la milicia del Việt Cộng manipularía granadas plásticas y las colocarían en chozas que los soldados estadounidenses probablemente quemarían.
El Việt Cộng los usaban principalmente en las puertas y los conectaban a cables del explosivo improvisado en los caminos de la jungla.
La CIA y los Boinas Verdes contraatacaron colocando trampas explosivas en los suministros de munición del enemigo, en una operación cuyo nombre en código era "Proyecto hijo mayor".