Plustrabajo

En el capítulo siguiente de la obra, Marx explica que «el capital no ha creado al plustrabajo»: En los modos de producción anteriores al capitalismo que también se basaban en la explotación existía el plustrabajo, pero éste no se transformaba en plusvalor porque la fuerza de trabajo no era una mercancía.

Un ejemplo de ello es el de una persona que produce bienes para su propio consumo (no para la venta); su plustrabajo se materializaría en una cantidad de bienes superior a la que necesita para sobrevivir, pero como estos bienes no son mercancías ni siquiera puede hablarse de valor, menos de plusvalor.

Otro ejemplo, dado más adelante, es el del plustrabajo en la servidumbre: En este caso tampoco hay plusvalor porque no hay producción de mercancías ni trabajo asalariado.

En el capitalismo, en cambio, el trabajo necesario y el plustrabajo se realizan en un mismo espacio físico y en una misma jornada laboral.

Esto, sumado a que el salario aparenta ser el pago del trabajo y no el pago de la fuerza de trabajo, oculta la existencia de ese plustrabajo no remunerado, lo cual, en términos de valor, significa plusvalor apropiado por el capitalista y, por lo tanto, la existencia de la explotación.