Concretamente esta especie era endémica de la isla Floreana.
Fue descrita por primera vez por los zoólogos franceses Jean René Constant Quoy y Joseph Paul Gaimard en el año 1824.
Análisis filogenéticos pueden ayudar a "resucitar" esta especie extinta de Floreana.
La especie es sólo conocida por restos subfósiles.
Esto permite la posibilidad de restablecer una reconstrucción de especie mediante la cría selectiva basándose en estos animales híbridos.