Fueron construidos en su mayoría entre los siglos XI y XIII, cuando la ciudad gibelina estaba en el apogeo de su florecimiento románico[1].
Con la afirmación del señorío Visconti durante el siglo XIV, el valor simbólico de las torres perdió sentido, tanto que muchas de ellas se redujeron en altura, mientras que la parte terminal de otras se transformó en una logia.
Las torres nobles presentes en Pavía, según la documentación histórica e iconográfica, debieron ser unas 65, de las que se conservan una veintena[4].
La base de las torres está reforzada con grandes piedras, a menudo engrosadas solo en las esquinas.
Los materiales pétreos más utilizados son el granito, el gneis, la arenisca y, en menor medida, la caliza y, en particular, la caliza amonita veronesa, estos materiales suelen ser reutilizados, generalmente procedentes de construcciones de la época clásica.