[1] En 1993 recibió el premio que otorga Europa Nostra a monumentos salvados de la ruina.
[2] En el siglo XX fueron adquiridas por Pedro Abelenda y Díaz de Andrade, tatarabuelo del actual propietario, Agustín Ordóñez, que fue el encargado de la última rehabilitación que la transformó en una vivienda.
La entrada se realiza por un arco gótico situado en una de las torres.
Los aldeanos entonces le prendieron fuego a las tres bocas del túnel impidiéndole la huida.
También se cuenta que desde entonces el maíz y el trigo cultivado en las proximidades del túnel crecerá más rápido.