Su denominación popular se debe a su similitud con el campanile de San Marcos en Venecia.
[2] Reventós proyectó una gran explanada frente a los Palacios del Vestido y de Comunicaciones y Transportes —cuyas obras ya estaban iniciadas—, delimitada por una balaustrada que mantenía la estructura de hemiciclo marcada por ambos palacios.
[4] Aunque estaba previsto que ambas torres fueran desmanteladas tras el evento,[5] finalmente se conservaron.
[8] En 2009 una inspección del Ayuntamiento de Barcelona detectó un elevado grado de degradación en ambas torres (humedades, fisuras, grietas y hongos en la madera), que obligó a cubrir las secciones superiores con redes para evitar desprendimientos.
[10] Actualmente el interior de las torres es visitable una vez al año, coincidiendo con el citado certamen aquitectónico.