Torre del Moro (Malanquilla)

Las laderas O y S presentan fuertes pendientes, muy lavadas, en las que aflora la roca madre, mientras que las N y E son menos pronunciadas y se hallan abancaladas y cultivadas de antiguo, si bien la concentración parcelaria ha simplificado notablemente el parcelario existente a los pies del cerro a mediados del siglo XX.

Torreón: de planta rectangular, conserva 3 de sus 4 lados completos en planta baja; la pared O -en donde posiblemente se abriría la puerta- ha desaparecido en su mitad izquierda.

Las prospecciones más recientes (agosto de 2019) han detectado un cinturón de defensas aún más amplio recorriendo las laderas S y SE de la colina, levantado, al igual que la línea interior, en mampostería a canto seco.

Un primer alineamiento, curvo y arrumbado, se dibuja a escasos 25 m al SO del torreón medieval (b).

En consecuencia, tiene su lógica suponer que uno de estos dos “cintos” –seguramente el más interior (a + b)- guarda relación con el torreón subsistente.

La noticia permite entrever que a finales del siglo XVIII ya se había borrado por completo el recuerdo de que en La Calderuela se había alzado una aldea bajomedieval, atribuyéndose los restos visibles “a tiempo de los moros”.

Sobre esta vox populi se acabaría gestando el topónimo Casa de los Moros, documentado por primera vez en 1860.

El material hallado en la más reciente prospección (2019) llevada a cabo por Miguel Ángel Solà Martín, confirma las tres fases de ocupación del lugar –celtibérica, romana y medieval- detectadas en 1989 así como la distribución espacial de los restos entonces señalada.

Precisamente fue aquí en donde apareció íntegro (en enero de 1990) un dolium romano fechable en ese momento.