Las torres estrictamente de observación aparecieron por primera vez en Alemania a finales del siglo XVIII,[cita requerida] construidas en madera, piedra y hierro y tenían al menos 20 m de altura.
En muchas edificaciones de gran altura ya existentes se han habilitado espacios (plataformas, pisos completos, etc.) que permiten fines turísticos como la observación del panorama circundante aunque no fuera esa la intención con la que fueron construidos.
También las grandes ciudades han recurrido a disponer de modernas torres de observación escultóricas para revitalizar y cualificar áreas urbanas que ejerzan el papel de dinamizador turístico, levantando verdaderos alardes técnicos, como torres con miradores ascendentes y giratorios cual si fueran gigantescos ascensores panorámicos (como la British Airways i360), torres pivotantes (como la torre de Glasgow) o enormes norias —en las que grandes góndolas y una velocidad reducida y paradas en los más alto sirven como observatorio—.
Las torres de observación son fácilmente visibles en el campo, ya que deben elevarse sobre árboles y otros obstáculos para garantizar una visión despejada.
Muchos otros edificios pueden tener torres que permitan la observación.
Por lo general, estas torres fueron construidas en piedra, sin embargo, a veces también se utilizó la madera o el hierro.
En estas torres, la plataforma suele estar abierta, y algunas tienen un restaurante en la base.
Las torres de vigilancia generalmente tienen un recinto cerrado para proteger al observador del mal tiempo.
Las torres de vigilancia que están en activo no son, por lo general, accesibles al público, ya que habitualmente sirven para el monitoreo de algunas cuestiones sensibles.
Sin embargo, tales torres pueden ser también usadas para monitorear incendios forestales, como plataformas accesibles para el público o utilizarse durante periodos sin riesgo de incendios forestales como torres de observación.
Mientras que los restaurantes en las torres están en recintos cerrados para proteger a los comensales del viento, la plataforma de observación puede estar abierta o en una habitación cerrada: una plataforma abierta es más favorable para fotografiar, ya que no surgen reflejos, mientras que las cerradas son para la mayoría de visitantes más agradables.
También numerosos edificios altos tienen plataformas de observación, a veces incluso un restaurante.
Como regla general, el acceso, que casi siempre requiere el pago de una entrada, es posible por ascensor y solo es posible en horarios de apertura específicos.
A menudo se cobra una tarifa de admisión y las horas pueden ser limitadas.
La torre de Hércules de La Coruña (España), con 57 m,[1][2] data del siglo I y es el único faro romano y el más antiguo en funcionamiento del mundo.
Dependiendo del edificio, el acceso se puede hacer mediante un ascensor y/o una escalera.
Alguna vez fue un puente basculante, ahora permanentemente en posición vertical y utilizado como torre de observación.
En Alemania, las torres de observación aparecieron por primera vez en el campo a finales del siglo XVIII.
Estas primeras torres a menudo fueron construidas por ricos aristócratas.
Varias torres de agua también se construyeron con esto en mente, pero muchas no han sobrevivido hasta nuestros días.
[5] Los primeros programas de radio FM en todo el mundo se transmitieron desde esta torre.
Destacan también la Torre Skylon, en Niagara Falls, y la Calgary Tower.
Torre Jaime I está soportada por un pilar del Transbordador aéreo de Barcelona.
La Stratosphere Las Vegas (1995) es la torre mirador más alta del país.