Según la tradición pudo residir en ella el rey García I.Sus cuatro caras exteriores se encuentran muy bien conservadas, con pequeñas ventanas de vigilancia y troneras biseladas que antaño probablemente debieron ser utilizadas por arqueros.En la planta inferior existen diversos carteles con información turística de la zona.Ya en los siglos XVIII y XIX fue perdiendo sus edificaciones hasta que en 1.837, con la creación del concello de Porqueira, quedó ubicada allí la casa consistorial.Poco después pasó a manos privadas y estuvo a punto de desaparecer al procederse a la venta de sus sillares (se sabe que existió un claustro y una iglesia románica cuyas piedras fueron aprovechadas para levantar casas circundantes).