Junto con estas, la torre debió formar parte del sólido sistema militar y de prestigio del señorío de Linares.
Estas torres controlaban los pasos entre el Desfiladero de La Hermida y el Collado de Hoz, es decir, las comunicaciones entre los valles del río Deva (Liébana) y del río Nansa.
[1] La proximidad a lo núcleos de población Navedo y Linares favorecieron que los restos de la torre, que debió quedar en desuso a lo largo del siglo XVI, sirviera de cantera para la construcción de los actuales caseríos.
Actualmente sólo se conservan sus cimientos,[2][3] al igual que en la de Piedrahíta.
La del Pontón se conserva en buen estado.