Parte de esa defensa era proteger la desembocadura del río Almendares y evitar que barcos enemigos a la Corona Española se abastecieran de agua dulce en esa localidad.
Durante la toma de La Habana por los ingleses, este torreón sufrió daños mayores.
El ataque mayor fue por el este, cerca de Cojímar, pero por la Chorrera también desembarcaron 2 mil soldados, al quedar destruido a cañonazos el torreón.
Cruzaron esas tropas inglesas el monte vedado, se situaron en las cercanías de la ciudad, sobre la loma llamada de Aróstegui, donde luego se construyó el castillo del Príncipe y, con la toma de Guanabacoa y la voladura del baluarte del Morro, La Habana tuvo que rendirse.
Otra vez así el monte vedado volvió a serlo, y en el islote donde estuvo el torreón de la Chorrera se construyó un pequeño castillo en forma de rectángulo en cuya azotea se colocaron varios cañones.