El río Almendares es un curso fluvial cubano que recorre 45 km del oeste de la isla.
Los aborígenes cubanos lo llamaron Casiguaguas, y los primeros colonizadores le pusieron La Chorrera, cuando fue descubierto, hasta que lo cambiaron a Almendares en honor al obispo de La Habana, Enrique Almendaris.
Los indisciplinados sociales e industriales empezaron a verter en ella sus aguas albañales, provocando la detención del fluido desde el río y su cambio de dirección, convirtiéndose, posiblemente esta zanja en la ¡Primera inyección pronunciada de aguas negras al Almendares!
En los seis años comprendidos entre 1824 - 1829 se gastó mucho dinero en la conservación y servicio de la Zanja Real.
No fueron pocos los obstáculos que encontró este hombre para poder materializar el proyecto y agenciarse la conducción del agua desde el río.
Juan Antonio Coscullela Barrio publica un artículo titulado: “El canal de Vento, lo que no se ha hecho y debe hacerse” donde se trataba el nebuloso tema de la utilización del agua.
Con los años, las paredes del “Canal de Vento” comenzaron a deformase, incrementándose los escapes, penetrando las raíces de los árboles por las grietas, los que empezó a dificultar el desplazamiento del líquido y su mantenimiento.
En su obra “Hacia una Cultura de La Naturaleza” (1998), Antonio Núñez Jiménez declara: “El Hombre no puede renunciar a realizar aquellas obras que cree necesarias para su progreso, pero debe también comprender de su enorme incapacidad para prever los males que engendran contra sí mismo al llevarlas a cabo.
Un ejemplo: la presa Ejército Rebelde en el Río Almendares se construyó para disponer de más agua para la agricultura, pero nunca se ha llenado, porque gran parte se infiltra hacia el subsuelo calizo, una ventaja, porque enriquece hidráulicamente el manto freático, pero entonces acaeció un mal no previsto: el Almendares dejó de fluir a partir del Parque Lenin aguas abajo con fuerza suficiente para la permanencia de la corriente, lo que trajo como consecuencia el estancamiento de sus aguas, su mayor contaminación y pudrición.
Corriente necesaria para mantener el ecosistema (árboles y animales), un líquido que se infiltra poco a poco en las capas de la tierra, hasta el punto de quedar completamente seco el río en muchos tramos.
Gerardo Gandarilla, Tomado del Trabajo “Los Manantiales de Vento”, Biblioteca “Ramón Herrera (Wajay).
Antonio Núñez Jiménez “Hacia una Cultura de La Naturaleza” (PDF) (enlace roto disponible en Internet Archive; véase el historial, la primera versión y la última).
Autores: José Luis Peralta Vital; Reinaldo Gil Castillo; Dennys Leyva Bombuse; Leslie Moleiro León y Manuel Pin (PDF).
Onelio García Pérez, HobbiesEnRed Nov 2023: LLORA EL CASIGUAGUA (RIO ALMENDARES) (Spanish Edition)