La vida comercial de Torelló gira en torno al mercado semanal, que se celebra los miércoles junto al mercado municipal, a orillas del río Ges, y el Mercat del Trasto, que se celebra el segundo domingo de mayo.
El documento se encuentra en el Archivo Capitular de Vich y está escrito en latín medieval.
En cuanto a economía, la vida es rural, y la industria se centra en la pelairía, todo lo relacionado con la lana, desde la oveja hasta los tejidos.
Un inventario de 1768 muestra 48 masías o casas rurales y al menos cinco molinos.
Entre 1673 y 1715 se viven de nuevo tiempos de guerra motivados, en primer lugar, por los franceses, ya que Luis XIV estaba intentando ampliar su imperio en Europa y ataca las posesiones españolas en los Países Bajos, provocando la guerra con España.
Los catalanes simpatizan más con este último y los castellanos en cambio apoyan al francés.
Durante varios años no hubo incidentes, salvo los relacionados con el bandolerismo que se hizo frecuente en estas boscosas comarcas.
Francia ocupa pues España, pero los efectos de esta ocupación no llegan a Torelló hasta 1809, cuando ya se había producido el levantamiento del 2 de mayo y los franceses volvían a Francia.
En 1814, se acaba la guerra y Fernando VII, sucesor de Carlos IV, vuelve del exilio francés.
Sin embargo, en 1820, Rafael del Riego se alza en Andalucía y proclama de nuevo la Constitución.
Los alzamientos se extienden por España, dividida en absolutistas y liberales, hasta que, bajo demanda del rey, un ejército conocido como los Cien Mil Hijos de San Luis cruza la frontera por el Bidasoa para defender la monarquía.
En Cataluña, se obliga a numerosos pueblos a jurar la Constitución e, inmediatamente, se alzan grupos de disidentes armados en defensa del rey que recorren las comarcas quemando los cultivos y cortando los bosques de los constitucionalistas.
El sábado 6 se proclama el Estat Català dentro de la República Federal Española y los revolucionarios toman el ayuntamiento.
El lunes se cortan árboles y se colocan en la carretera para impedir la circulación; corre el rumor de que un tren con tropas baja desde Puigcerdá para ayudar a tomar Barcelona y los revolucionarios intentan destruir el puente del tren sobre el río Ges, pero solo consiguen arrancar las vías.
Luego reúnen a todos los hombres que encuentran y se dirigen al puente para reparar las vías.
Enseguida se produce el asalto al templo parroquial de la Coromina, que es desvalijado y convertido en mercado.
Pero Torelló todavía tendría que sufrir una nueva desgracia antes de entrar en la era moderna.
En la cercana cuenca del río Ges, las precipitaciones superan los 200 litros por metro cuadrado, aunque la falta de pluviómetros hace que las cantidades exactas sean desconocidas, y podrían ser muy superiores.
Al ser las casas de adobe, muchas se derrumban, atrapando a sus habitantes en el interior.
En el siglo XIX, la industrialización debida al auge de la industria textil hizo que la población se multiplicara, alcanzando 5000 personas en 1950.
Durante las primeras décadas del siglo XX fueron frecuentes las sequías; en aquella época se cultivaban viñas en los alrededores de Torelló, pero a partir de los años sesenta, el clima, que refrescó en toda Europa, se hizo más húmedo y las frecuentes tormentas veraniegas debidas a la convección de la brisa marina al alcanzar las montañas cercanas, propiciaron el cultivo del maíz.
Es imposible saber, a estas alturas, si el clima será cada vez más seco, como prevén los cálculos.
Los largos días invernales de nieblas que llegaban a durar hasta un mes entre diciembre y enero, con temperaturas cercanas a los cero grados, prácticamente han desparecido; las nieblas siguen siendo abundantes pero desaparecen en las horas centrales del día.
La situación continental del municipio permite que en verano las temperaturas desciendan de los 18 °C por las noches, aliviando el calor diurno.
La vegetación es escasa en el municipio, debido al uso agrícola, urbano e industrial del terreno, pero en las riberas de los ríos crecen chopos Populus alba, álamos, alisos, sauces y acacias.
Entre las especies invasoras destacan el ailanto (Ailanthus altissima) o falso zumaque, y las acacias, de la especie Robinia pseudoacacia que crecen en espacios no cultivados en los márgenes de caminos, carreteras y campos, junto a las vías del tren, etc.
En las laderas orientadas al norte crecen las hayas (Fagus sylvatica), una reminiscencia de tiempos más húmedos.
También hay que destacar la tornería de madera y cuerno, presente en la ciudad desde el siglo XIII.
Este sector industrial tuvo un peso económico y social muy importante hasta la década de los años 60 del siglo XX, momento en que empieza su declive.
El festival U-zona reggae era una cita destacada a nivel europeo, hoy ya inactivo, que se hizo famoso entre los jóvenes.