Ailanthus altissima

Es un buen colonizador de espacios degradados (solares, descampados), creciendo incluso entre el balasto del tendido ferroviario.

En España, y otras muchas áreas como Australia, Estados Unidos o el sur de Europa, se ha convertido en una especie silvestre invasora por su rápido crecimiento y su capacidad para prosperar en cualquier lugar, formando densas arboledas en los márgenes de las carreteras.

Debido a su potencial colonizador y constituir una amenaza grave para las especies autóctonas, los hábitats o los ecosistemas, esta especie ha sido incluida en el Catálogo Español de Especies Exóticas Invasoras, regulado por el Real Decreto 630/2013, de 2 de agosto, estando prohibida en España su introducción en el medio natural, posesión, transporte, tráfico y comercio.

Debe actuarse con prudencia en su empleo por vía interna, ya que una dosis excesiva tiene en primer lugar un efecto purgante y después emético.

En París, Linneo dio a la planta el nombre de Rhus succedanea, mientras que popularmente era conocido como grand vernis du Japon.

Publicó un artículo con una descripción ilustrada y le dio el nombre de Ailanthus glandulosa, colocándolo en el mismo género que las especies tropicales entonces conocidas como A. integrifolia (hoy, A. triphysa).

[4]​[5]​ Le dio como nombre específico glandulosa en referencia a las glándulas en las hojas; ese nombre perduró hasta fecha tan tardía como 1957, pero al final resultó inválido por un homónimo tardío a nivel de especie.

A. altissima (detalle).
La corteza de A. altissima es gris y lisa, pero se hace rugosa y fisurada longitudinalmente en los árboles adultos
Flores de A. altissima
Semillas inmaduras de A. altissima .
Un ejemplar femenino de A. altissima con una intensa carga de semillas maduras.
Árbol del cielo afectado por Atteva aurea