Tomo Križnar

De educación es economista e ingeniero y ya siendo estudiante empezó a viajar.

Primero dio la vuelta al mundo en autostop, luego dio la vuelta a Sudamérica en motocicleta y después en un burro con dos cabras y cuatro gallinas por primera vez llegó a los montes de Nubia, en la inaccesible provincia de Sudán llamada Kordofán.

Su atención se centró sobre todo en la región de Sudán, donde se encuentra el pueblo nubio, al que dedicó los documentales Nuba, la gente pura (»Nuba, čisti ljudje«) y Nuba, la gente de la otra parte (»Nuba, ljudje z druge strani«) con los que advertía de acontecimientos violentos, convenciendo al público y a los partidos políticos de que es necesaria su reacción.

Sin embargo, Tomo Križnar decidió salir del campamento y cruzar la frontera por su cuenta, aunque ni siquiera hubiera conseguido aún un visado.

Al descubrir que la manera más eficaz de ayuda a los niños y a las mujeres Nubios y prevención de las violaciones son las cámaras, que lo protegían a él durante su estancia entre los rebeldes, Tomo Križnar incita a que hay que equiparles con dispositivos para la búsqueda de agua y para el videocontrol para conectarles con el resto del mundo mediante los medios.