Toma de La Victoria

Respecto al problema demográfico se hace necesario acotar como factor clave la migración interna registrada en el país durante la época.

Durante estos años se sumó entonces la migración que los obreros hicieron desde las minas del norte .

En la realidad, sin embargo, sucedió lo contrario: quienes llegaban a Santiago debían enfrentar las dos difíciles tareas de encontrar hogar y trabajo, en una ciudad que ya no daba abasto para ninguna de las dos.

En este sentido, es importante comenzar caracterizando los tipos de vivienda a los que las clases desposeídas podían optar.

La primera y más antigua forma de ocupación fue el “arriendo a piso”, el cual consistía, según Armando de Ramón, en “la división de una propiedad rural ubicada junto a la ciudad [...] dividida en lotes por su propietario, los cuales eran alquilados a familias que debían construir en ellos sus habitaciones, pagando una renta calculada en un precio fijo [...]”.

Estos asentamientos disminuyeron conforme avanzaba el siglo XX, en vistas de que los propietarios ya no estaban arrendando sus sitios.

Cabe notar el lucrativo negocio que significaba arrendar piezas de conventillo para los propietarios: tras el abandono de una casona aristocrática del centro de Santiago o la edificación de un conventillo en las afueras, la aclimatación para recibir gente era mínima (se dividía la vivienda para crear habitaciones pequeñas, insalubres, sin luz ni ventilación) y se arrendaban fácilmente a quienes pudieran pagar los altos precios (teniendo en cuenta las pésimas características del lugar) que se pedían.

[1]​ Ante esto, es posible decir que la crisis habitacional de principios del siglo XX era tremenda.

En él se reunían 10 poblaciones en un verdadero “cordón de la miseria”, donde vivían hacinadas unas 35.000 personas .

Hacia 1949 los parlamentarios ya se encontraban discutiendo respecto a la magnitud del problema, identificando una responsabilidad fundamental en las políticas estatales insuficientes para poder remediar la situación .

La Ley de 1906 fue insuficiente porque las viviendas higiénicas construidas se vendían a precios aún muy caros para los habitantes; durante mucho tiempo no existieron márgenes claros para regular la construcción de las nuevas viviendas.

En 1936 se creó la Caja de Habitación Popular, pero su capital impidió realizar construcciones masivas.

Tras un año, la situación económica empeoró frente a la crisis que azotaba al país.

Con estas reuniones, se dejaron los terrenos zanjados y a la espera de poder ocuparlos, mas el segundo siniestro fue el detonante que activó la emergencia y necesidad del acceso a ellos.

En carretas con ruedas forradas con trapos para evitar el ruido, o simplemente cargando las pertenencias, se movilizaban hacia su objetivo.

En un inicio fueron aproximadamente 1.200 familias, aunque la prensa intentó bajar constantemente la magnitud, lo cierto es que durante los primeros días ya se reconocía que el número había aumentado a dos mil familias en la toma .

La respuesta legal a la toma era el desalojo inminente, y así era la intención del Presidente Ibáñez en un comienzo.

Por otro lado, el PC desde su clandestinidad trataba de encontrar su lugar en este nuevo escenario político que se estaba desarrollando en Chile.

Pues históricamente, su doctrina se identificaba con la clase obrera y masas trabajadoras, la cual no incluía originalmente a los demás movimientos sociales como el de los pobladores .

Ya para el año 57’, el Partido vio inminente un cambio de escenario y se preparó para disponer sus fuerzas de acorde al momento político que se estaba viviendo, dando lugar a los sectores marginales, como los pobladores .

Estos nuevos trabajadores forman una inmensa masa popular, gran parte de la cual votó por Ibáñez” .

El objetivo, por tanto era elevar la política dentro de los pobladores y guiarlos hacia el FRAP o PC, dado que era la ideología acorde con su lucha, sin reconocer una autónoma emanada desde dentro del mismo movimiento .

Por otra parte, la dimensión identitaria permite ver la creación de un “ethos victoriano” relacionado intrínsecamente con la ideología comunista cuyo principal énfasis se encontraba en la acción del poder popular.

[...] Ahora aquel hombre que aparecía aplastado en medio de una población callampa desorganizada e insalubre se lanza con entusiasmo a levantar su nuevo hogar sobre una tierra que sabe propia y con la ayuda de quienes nada les piden, sino su propia superación” .

La solidaridad de afuera respecto a la Toma La solidaridad expresada por diferentes organizaciones marcó un precedente en la dinámica social puesto que se abandonaba la lógica asistencialista para con los pobres, dando paso a un apoyo activo en pro de una solución .

Así, se observa el predominio del plural, eran ellos mismos los encargados de resolver sus propios problemas, de ahí el dicho “Nada por caridad, todo mediante nuestro propio esfuerzo” .

La ruptura con la institucionalidad realizada por los pobladores de La Victoria les daba precisamente su lugar en la sociedad como actores independientes, que se veían obligados al autogobierno y cuya fuerza residía en su organización y cohesión social .

Sobre lo primero, es relevante el papel que juegan los dirigentes y pobladores ligados al Partido Comunista chileno, en tanto agentes activos en la creación, mantención y dirección de la toma (como, por ejemplo, a través del Comité Central de pobladores).

Se hace comprensible por ello que una buena parte de las calles se liguen a personajes o hechos relevantes para la izquierda nacional e internacionalmente, por un lado, en términos de reivindicaciones y resistencia obreras.

Con esta interpretación se puede comprender el sentido de calles como La Aurora y Estrella Blanca (haciendo referencia a los tres poderes del Estado, representados en la bandera chilena.