Desde 2010 trabajaba en Yemen tras sustituir a su hermano Mathew, también sacerdote salesiano, quien había ejercido su ministerio en el país durante 17 años.
También había estado atendiendo a los católicos de Abu Dhabi en varias ocasiones, donde reside el vicario apostólico del que depende Yemen.
A fecha de su secuestro era el único sacerdote con permiso legal para residir dicho país.
Los atacantes, presuntamente miembros del Estado Islámico o terroristas musulmanes sin afiliación le tomaron prisionero.
El día siguiente de ser liberado el Padre Tom fue recibido por el papa Francisco en el Vaticano.