Barnum organizó varios tés hasta que consiguió ser recibido por la baronesa Rothschild, cuya mediación le logró una invitación al palacio de Buckhingham.
Siguiendo su famosa filosofía publicitaria, Barnum había alquilado el Egyptian Hall para las representaciones de Tom Thumb, pero la noche de la recepción real, suspendió la función y colgó el cartel: "Esta noche, cerrado.
El General Tom Thumb se encuentra en Buckhingham Palace, por orden de Su Majestad".
En París actuó ante el rey Luis Felipe, ofreciendo dos representaciones diarias en la Salle Musard, con tal éxito, que las entradas se agotaron con dos meses de antelación.
El General Thom Thumb asistió a las carreras hípicas de Longchamp en su pequeña berlina.
Entonces sus amigos acudieron en su ayuda y Tom también se puso de nuevo a su disposición.
Emprendieron asociados nuevas giras junto a la niña prodigio Cornelia Howard y se hicieron todavía más ricos.
Al preguntar a Tom si tenía alguna sugerencia para la guerra civil en curso, le contestó: "Mi amigo Barnum terminaría con ella en un solo mes".
Cuando murió más de 35 años después, Lavinia fue enterrada a su lado con una simple lápida donde se lee: "Su esposa".
Tras la muerte de su marido descubrió que Tom había dilapidado su fortuna en caprichos y malas inversiones.
En 1959 unos vándalos destrozaron la estatua funeraria de Tom, que fue restaurada con los fondos recaudados por suscripción popular.