La infección produce manchas características en las hojas (de ahí su nombre).Aunque desde fines del siglo XIX se sabía que esta enfermedad infecciosa dañaba las cosechas de tabaco, hasta 1930 no pudo determinarse que el agente infeccioso era un virus.[1] Dmitri Ivanovski dio la primera evidencia concreta de su existencia en 1892.[4] En 1955, Heinz Fraenkel-Conrat y Robley Williams demostraron que el ARN del VMT y la proteína de su cápside ensablan por sí mismos el virus funcional, indicando que ésta es la estructura más estable (la que está con la energía libre más baja), y probablemente el mecanismo natural de ensamblaje sea dentro de la célula huésped.La cristalógrafa Rosalind Franklin trabajó para Stanley durante cerca de un mes en Berkeley.El monómero de proteína consiste en 158 aminoácidos que se ensamblan en cuatro alfa-hélices principales, que se unen por un bucle prominente proximal al eje del virión.