El área dedicada a la ejecución musical se pensó en construir de forma rectangular, es decir, la clásica “caja de zapatos”, idea originaria en el siglo XIX que ha comprobado su buen funcionamiento acústico.
El Centro Cultural está en realidad compuesto por cinco edificios: el central corresponde a la caja musical; el nivel inferior, es el estacionamiento con cabida para aproximadamente 100 vehículos; el escenario, donde están los camerinos, bodegas de instrumentos y salas de ensayos; el vestíbulo, donde el público accede al edificio; y el mezzanine, al que pueden acceder por escalinatas y/o elevador, tiene entrada a la parte más alta de las gradas, a la cafetería y a una amplia área para exposiciones o eventos.
Al ser la acústica un punto muy importante en la Sala Tlaqná, se seleccionó a Kirkegaard Associated, empresa dedicada a la creación de espacios donde la arquitectura y el sonido convergen (asentada en Chicago, Illinois, Estados Unidos) para iniciar los trabajos relacionados con la caja acústica.
Desde cualquier punto de la sala la audiencia puede ver a los músicos y éstos al público.
Lo mismo pasa con el sonido: el aislamiento de la caja musical tiene que ser total; entre cada sección del edificio hay separaciones (dispuestas de acuerdo para esta propuesta estructural para zonas sísmicas), cumpliendo a la vez una exigencia acústica: aislar y evitar el ruido y las vibraciones del exterior.