Apasionado de la música, se inició con la flauta dulce, pasando rápidamente a la flauta travesera, construyéndose él mismo su propio instrumento, que copió de un ejemplar fabricado en Dresde.Numerosos conciertos en Alemania, Francia y Suiza le proporcionaron fama, pero sus ingresos no eran suficientes como para mantener a su creciente familia.En Inglaterra, donde los flautistas eran muy solicitados, se hizo amigo del famoso flautista Charles Nicholson, cuya fuerte y robusta sonoridad le empujó a nuevos experimentos y estudios de acústica, que seguirá en la Universidad de Múnich.El nuevo instrumento fue patentado en 1847, y pronto Theobald concede licencia de fabricación a los mayores productores europeos (entre otros Rudall, Carte and Rose en Inglaterra, Godefroy Ainé y Louis Lot en Francia), iniciándose así la irresistible extensión de su sistema.Las flautas modernas se fabrican, todavía hoy y sin apenas variaciones, con sus modificaciones.
Flauta travesera, desmontada. Böhm redujo la
conicidad
del
cuerpo
(en la foto, abajo) y la trasladó a la
cabeza
(en la foto, en el centro).
La principal aportación de Böhm fue el sistema de llaves, orientado no solamente a la
ergonomía
y la ejecución, sino también a la mejora
acústica
del instrumento. En la foto,
llaves
y
platos
del
pie
(arriba) y del
cuerpo
(abajo).
Visión de los
platos
(en este caso cerrados, es decir, sin orificios) de una flauta travesera moderna.