Luego la película da un salto al pasado para narrar la historia real detrás de esa vestimenta.
Un día ocurre un desafortunado incidente cuando una dama asistente de la Reina quema accidentalmente una túnica del Rey; por esta razón la Reina Jeongseong (Park Shin-hye), recurre a Jo Dol-seok para que la repare para el día siguiente, ya que el Rey debe usarla en una ceremonia solemne.
Lee Gong-jin siente sincero aprecio y admiración por el veterano sastre real, pero Jo Dol-seok tiene sentimientos encontrados respecto a su joven colega; por una parte en ocasiones llega a simpatizar con la alegre personalidad del joven y se inclina a tener una amistad con él, pero por otro lado siente celos profesionales y una enfermiza envidia por el éxito del joven diseñador.
Paralelamente a la competencia crecientemente tensa entre los dos sastres, en la Corte se libra otra lucha dramática y amarga.
La Reina lleva ya varios años casada con el Rey, ya que se casaron antes de que él se convirtiera en Rey, cuando aún era un Príncipe; sin embargo, la Reina sigue siendo virgen, pues el Rey se niega a mantener relaciones sexuales con ella, a pesar de ser ella una joven hermosa y con una personalidad dulce y encantadora.
Lee Gong-jin utiliza su talento para sabotear las intrigas contra la Reina, estimulando la atracción del Rey por otras mujeres a las que toma como amantes, y así alejarlo de la Concubina Real.
El despótico Rey decide vengarse del sastre por el imaginario agravio y aprovechar para destruir a los intrigantes de la Corte que han querido manipularlo para restarle poder; y se inventa una falsa conspiración para asesinarlo en la que involucra al sastre como autor material.
El viejo sastre real es cómplice del Rey para falsificar las pruebas e inculpar a su rival por traición.
La Reina, decepcionada al descubrir la naturaleza perversa del Rey, rompe emocionalmente con él y así muere lo que quedaba de su amor por su esposo.
Pero la película vuelve al presente y se demuestra que injustamente el nombre del joven Lee Gong-jin fue efectivamente borrado de la historia, y sus obras, como el espectacular vestido que hizo para la Reina, son atribuidas erróneamente a la autoría del sastre real Jo Dol-seok, su envidioso enemigo.