Knopfler otorga una impronta folk a todo el álbum sin un uso abundante de la guitarra acústica.
La fotografía fue realizada por Elliott Erwitt y se titula «Spain, Valencia, 1952, Robert and Mary Frank».
[5] En su reseña para Allmusic, Hal Horowitz otorgó al álbum tres de cinco estrellas y lo definió como «un agradable esfuerzo, con clase y a menudo inspirado cuyos encantos sin pretensiones se aprecian mejor después de repetidas escuchas».
En lugar de dejar espacio para sus solos tradicionales, Knopfler teje su guitarra entre las palabras.
Esto infunde una calidad tensa y nerviosa incluso en los temas más bucólicos».