Cuando su plan fracasa, Neal llega a una sola alternativa: encontrar el palacio de su padre para poder usar magia.
Emma, Regina, David, Mary Margaret, el Sr. Gold y Garfio se encuentran a sí mismos en el amplio mar que los conducirá al País de Nunca Jamás.
Antes de seguir avanzando, el Sr. Gold revela que Nunca Jamás es un lugar donde los usuarios de la magia tienen mucha ventaja y aprovecha la situación para desplazarse sin su caracterizado bastón e iniciar su propia búsqueda por su nieto.
En ese momento aparecen Félix y otros chicos perdidos, quienes para el descontento de los forasteros revelan que no tienen intención de acabar con la magia y que solo los usaron para poder atrapar a Henry.
La sirena se rehúsa a hablar y llama una tormenta marina para asegurar que la liberen.
Esto solo provoca una terrible explosión de desconfianza entre Mary Margaret, Regina, David y Garfio, quienes comienzan a pelear entre sí en plena tormenta.
Más tarde, el oscuro se topa con Félix a quien le da la advertencia de no interponerse en su camino.
Robert Carlyle se adueñó del personaje de una manera que no lo había hecho antes.
Sus cumplidos y 'queridos' no estuvieron fuera de lugar e incluso jugó con ellos un poco.