En tanto que el niño crece, pide más cosas al árbol.
El niño le contesta todo lo que necesita es un lugar tranquilo para sentarse y descansar mientras espera la muerte.
De este modo, la relación entre el árbol y el niño según crece puede verse como algo similar a lo que ocurre entre madre e hijo; a pesar de no recibir nada a cambio durante mucho tiempo, el árbol antepone las necesidades del niño, porque quiere que este sea feliz.
Como Timothy Jackson, profesor de Estudios Religioso en la Universidad de Stanford dijo: Al unir la historia con la condición humana, Jackson asevera que los lectores deben identificarse tanto con el niño como con el árbol.
Algunos han preferido interpretar la historia en términos de la relación entre la especie humana y el planeta.