[2] Sin independencia económica, el modo de vida del ama de casa en ese nuevo hogar tecnificado, produce soledad, depresión y otros cuadros médicos calificados como «típicamente femeninos».
Friedan analiza el sistema económico en el que se vende a las mujeres una identidad acorde con la unidad familiar de consumo en que se ha transformado la familia.
Friedan señala la contradicción de estas revistas con las que se publicaron en la década de 1930 en las que con frecuencia aparecían mujeres heroínas, seguras e independientes.
Se postula que estas mujeres inconscientemente, dilataban las tareas del hogar para llenar el tiempo disponible, ya que la mística de la feminidad les enseña a las mujeres que este es su papel, y si alguna vez completaran sus tareas, se convertirían en innecesarias.
Friedan se refiere a Abraham Maslow y la jerarquía de las necesidades y las notas que las mujeres han quedado atrapadas en el nivel básico, fisiológico, que se espera encontrar su identidad a través de su rol sexual por sí sola.
También aboga por un nuevo plan de vida para sus lectoras, incluyendo no ver el trabajo doméstico como una carrera, no tratar de encontrar plena realización a través del matrimonio y la maternidad sola, y encontrar un trabajo significativo que utiliza su capacidad mental completa.
Para cada conflicto, Friedan ofrece ejemplos de mujeres que la han superado.
Friedan termina su libro mediante la promoción de la educación y el trabajo significativo como el último método por el cual las mujeres estadounidenses pueden evitar quedar atrapadas en la mística de la feminidad, llamando a un drástico replanteamiento de lo que significa ser femenina, y ofrece varias sugerencias educativas y ocupacionales.
En la cronología del feminismo, teóricas como Amelia Valcárcel sitúan la obra de Betty Friedan en el período que denominan interregno.
Friedan puso nombre a la opresión que en épocas anteriores se había conocido con diversos nombres pero que no se recordaban por el "olvido histórico".
Además, Friedan ha sido criticada por centrarse únicamente en la difícil situación de las mujeres blancas de clase media y no prestar suficiente atención a las diferentes situaciones que enfrentan las mujeres en situaciones económicas menos estables o las mujeres de otras razas.