The Devil in Miss Jones

Junto con Garganta profunda y Detrás de la puerta verde, la película se asocia a una época de la cultura estadounidense conocida como «porno chic», en la que las películas eróticas para adultos empezaban a estrenarse al público en general, a ser comentadas públicamente por famosos (como Johnny Carson o Bob Hope) y a ser tomadas en serio por los críticos de cine (como Roger Ebert).

Georgina Spelvin interpreta a Justine Jones, una solterona solitaria, virgen y deprimida, que decide que el suicidio es la única salida a su aburrida existencia rutinaria.

Enojada con que su única indiscreción le haya dejado sólo las opciones del limbo o del infierno, le suplica al Sr. Abaca que la deje «ganarse» su lugar en el infierno permitiéndole regresar a la tierra y convertirse en la personificación de la lujuria.

Sin embargo, mientras está disfrutando de su nueva vida de lujuria, el breve tiempo que le fue concedido a Justine para satisfacerse se agota y tiene que enfrentase a la eternidad del infierno.

Atrapada entonces en su propio infierno personal, el film finaliza mientras vemos a la señorita Jones gritando en agonía por toda la eternidad, sedienta de un placer sexual que nunca va a lograr por sus propios medios.