Aunque varios temas habían aparecido previamente en discos pirata como Great White Wonder, The Basement Tapes fue la primera publicación oficial de estas cintas.
Cuando Columbia preparó la publicación oficial de las cintas en 1975, incluyó dieciséis temas grabados en Big Pink en 1967 y ocho registrados por The Band en años posteriores, un gesto criticado por algunos periodistas.
Aun así, The Basement Tapes fue bien recibido por la prensa musical y obtuvo un notable éxito comercial al alcanzar el séptimo puesto en la lista estadounidense Billboard 200 y la octava posición en la lista de discos más vendidos del Reino Unido.
[nota 1] Cuando regresó a casa cansado por la dilatada gira mundial, el músico descubrió que su representante, Albert Grossman, había organizado otra etapa con 63 conciertos por los Estados Unidos ese mismo año.
[nota 2][20] En una entrevista con Michael Iachetta, reportero de Daily News, el músico comentó: «Las canciones están en mi cabeza como siempre.
Tuvo que ponerse de acuerdo con su antiguo amigo, durante mucho tiempo representante y en algún momento propietario, Albert Grossman».
[26] Cuando Dylan commenzó a tocar en Big Pink, la pareja ya tenía dos hijos: María —hija del primer matrimonio de Sara— y Jesse.
[35] Las canciones grabadas durante las primeras sesiones incluían material escrito o popularizado por artistas como Johnny Cash, Ian & Sylvia, John Lee Hooker, Hank Williams y Eric Von Schmidt, así como temas tradicionales y clásicos del folk estadounidense.
[38] Según comentó Garth Hudson: «Hacíamos siete, ocho, diez, a veces quince canciones diarias.
[39] Dylan grabó en Big Pink cerca de una treintena de nuevas composiciones, entre las cuales figuraron temas como «I Shall Be Released», «This Wheel's on Fire», «Quinn the Eskimo (The Mighty Quinn)», «Tears of Rage» y «You Ain't Goin' Nowhere».
[49] Al respecto, según Griffin, Helm tocó en ocho grabaciones aun inéditas en una casa que compartía con Danko en Wittenberg Road antes de alquilar Big Pink.
[50] Por el contrario, Heylin sugirió que Helm pudo sobregrabar partes de batería en las canciones «Odds and Ends», «Clothes Line Saga», «Apple Suckling Tree» y «Goin' to Acapulco».
[63] En el artículo, Wenner aseguró haber escuchado catorce demos y comentó: «Hay suficiente material —mayoritariamente muy bueno— para publicar un nuevo álbum de Bob Dylan, un disco con un estilo distinto en sí mismo».
Dylan trae esa sensación instintiva para el rock and roll en su voz por primera vez.
[68] El ingeniero Rob Fraboni viajó a Shangri-La para restaurar las grabaciones todavía en posesión de Garth Hudson.
[74] En el mismo sentido, Heylin sostuvo que Robertson hizo a los seguidores de Dylan «un flaco servicio» al omitir esas dos canciones, así como «I'm Not There» y «Sign on the Cross».
Entrevistado en la radio por Mary Travers, recordó: «Estábamos todos ahí desecando... haciendo música y viendo el tiempo pasar.
En realidad, no era un disco, eran solo canciones que habíamos llevado a este sótano y grabado.
[89] Aunque no incluyó ningún tema extra, críticos musicales como Scott Hreha valoraron una mejora en la calidad del sonido.
[90] Según Hreha: «La versión anterior en CD subrayaba injustamente el carácter "sótano" de las grabaciones, y ahora posee una claridad que desmiente su origen humilde e informal».
Christgau concluyó: «No tenemos que bajar la cabeza avergonzados porque este sea el mejor disco de 1975.
[93] The Basement Tapes fue también elegido como el mejor álbum del año en Pazz & Jop, una encuesta anual elaborada por críticos musicales para la revista Village Voice.
[98] El álbum Blood on the Tracks, publicado el mismo año, llegó al puesto cuatro de la encuesta, solo superado por Horses y Born to Run, dos discos de Patti Smith y Bruce Springsteen respectivamente.
[100] El álbum también entró en las listas de países como Noruega y Nueva Zelanda, donde llegó respectivamente al quinto y decimoctavo puesto, así como en Canadá, donde alcanzó el decimoquinto en la lista de discos más vendidos elaborada por la revista RPM.
Mientras George Harrison testificaba que la vida continuaba dentro y fuera de ti, Dylan estaba llevando sus patatas para hacerlas puré.
[105] Tal y como recordó Robbie Robertson: «Utilizamos el mismo tipo de micrófono en todo.
Según Billy Bragg: «Escuchar ahora The Basement Tapes me parece el comienzo de lo que se llama americana o country alternativo.
[107] Según Elvis Costello, el álbum «suena como si hubiese sido hecho en una caja de cartón.
[32] En el mismo sentido, varios críticos musicales han señalado la influencia del álbum en diversos grupos.
Innumerables grupos —Mercury Rev, Cowboy Junkies, Wilco, the Waterboys— han tratado de volver a ese lugar».