Un grupo de policías busca en la playa infructuosamente a un fugitivo.
Al ver a los policías, escapa, sube el cerro, lo baja, se esconde detrás de las piedras y les da patadas a sus perseguidores cuando puede.
Escapa finalmente nadando en el mar, mientras los guardias le disparan y lo persiguen en bote.
Llega entonces Charlot, y los salva a todos, incluso al gigante, que acababa de caer por accidente.
Convence entonces al guardia de que salude con la mano a Edna, el guardia lo hace, Charlot se suelta y emprende una huida vertiginosa, perseguido por la policía.