Su tipo más empleado es por mucho el alejandrino, bastante menos usuales son el tetradecasílabo dactílico y el trocaico.
[1] Es un tetradecasílabo que se caracteriza por estar compuesto de dos hemistiquios, de siete sílabas cada uno, separados por una pausa equivalente a la del final del verso y que, por lo tanto, no permite la sinalefa.
robusto tronco de árbol al hombro de un campeón salvaje y aguerrido, cuya fornida maza El tetradecasílabo dactílico se caracteriza por llevar acentuadas las sílabas primera, cuarta, séptima, décima y decimotercera.
[5] Sin embargo, Domínguez Caparrós cita como ejemplo los versos escritos por Gertrudis Gómez de Avellaneda:
En métrica española se considera 'cláusula trocaica' a aquella también compuesta de dos sílabas, la primera tónica y la segunda átona, sin embargo, dado que la acumulación de muchos acentos podría resultar insoportable, basta con que los acentos recaigan únicamente en sílabas impares para considerar que el ritmo de un verso es trocaico.