Los amigos creen que todas las personas son iguales a los ojos de Dios.
La actitud de los amigos hacia el igualitarismo también se demuestra por su negativa a practicar el "honor del sombrero" (los cuáqueros se negaron a quitarse el sombrero o inclinarse ante cualquier persona, independientemente de su título o rango), y su rechazo a los estilos y títulos (como Sr., Sra., Lord, Dr, etc.), simplemente llamando a todos solo por su nombre y apellido (es decir, John Smith en lugar de Mr Smith o Sir John).
Esta práctica no fue considerada por los Amigos como de naturaleza antiautoritaria, sino como una reprimenda contra las pretensiones y el ego humano.
Se consideró que esta práctica otorgaba más poder a las mujeres y no pretendía degradarlas.
[3] Muchas casas de reuniones cuáqueras se construyeron con un divisor móvil en el medio.
Cada género llevó a cabo sus propias reuniones de negocios separadas.
En el siglo XIX, Elizabeth Fry y su hermano, Joseph John Gurney, hicieron campaña por el trato humano de los prisioneros.
También pudieron influir en la legislación que redujo la cantidad de delitos punibles con la muerte.