Tenía en mismo gobierno y justicia ordinaria común a la hermandad.
[1] Así se describe a Tertanga en el tomo XIV del Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones de Ultramar, obra impulsada por Pascual Madoz a mediados del siglo XIX:[3]
El resto de la arquitectura civil de Tertanga lo conforman casas habitacionales rurales, no anteriores al siglo XVIII, mezcladas entre modernas casas del XX.
Una estaba dedicada a San Millán, del que sólo queda una imagen sin culto y sin interés artístico depositada en la parroquia que muestra al santo con vestiduras monacales.
Al lado de esta casa se encuentran la fuente y el lavadero.
Sin embargo, en el mapa lingüístico de L. L. Bonaparte (1863) figura ya en la zona castellanizada.