Se celebraba a principios de julio, entre las 21:00 horas del sábado y las 13:00 horas del domingo, con dos intermedios a lo largo de la sesión.
[8] El éxito de los últimos años, una intensa difusión del Festival y el hecho que no existiera ningún otro maratón des estas características aparte del Festival de Cine de Sitges, hizo posible que se llenase la sala hasta la bandera y que unas trescientas personas más se quedasen en la entrada.
Al mismo tiempo, en una sala contigua, se proyectó una selección de filmes antológicos.
[14][15] Con la recaudación se pretendía cubrir el déficit de que sufría el Cine Club.
La edición de 1983 se abriría con una ceremonia fúnebre para enterrar los restos cinematográficos de Lon Chaney, primer creador del personaje del hombre lobo en la pantalla.
[23] Las dificultades económicas provocaron que fuera la única edición de esta reanudación del certamen.
En 1994, el antiguo Cine Club Molins de Rei reemprende su actividad con una exposición conmemorativa y sesiones de cineclub (presentación, proyección y coloquio cinematográfico).
Es en esta edición que empieza a cambiar el formato, incluyendo proyecciones fuera del maratón.
Siete días antes del maratón se proyecta la película recientemente estrenada Faust 5.0 de La Fura dels Baus y se añade la Mostra de cortometrajes en la que se pudieron ver los trabajos Alícia y Días sin luz de Jaume Balagueró, y dos cortometrajes acerca del personaje Evilio de Santiago Segura.
Ya en las últimas ediciones precedentes, las actividades habían empezado a extenderse más allá del maratón y la performance inaugurales.
Además, el Festival rinde homenaje al director Jesús Franco , que a la vez presidiría el Jurado del tercer Concurso de Cortos de Terror y Gore .
El director recibió un homenaje en reconocimiento a su extensa y olvidada carrera.
[33] En el siguiente año, 2007, el hilo conductor fue la técnica en los efectos especiales de maquillaje.
La recuperación del concurso literario en formato de microrrelatos cuenta con la colaboración de la biblioteca pública “Pere Vila”, hoy rebautizada como Biblioteca El Molí.
Se contó también con la presencia sorpresa del director Jaume Balagueró.
[36] A partir de 2010, el Festival crece en días y contenidos.
Desde 2014, el certamen otorga el premio Méliès de Plata al mejor cortometraje del MIFF[4].
En 2020 la edición se hizo digital debido a la pandemia por coronavirus de 2020 en Cataluña.
[39] En 2010, TerrorMolins fundó la asociación Terror Arreu de Catalunya[6] con los festivales Cardoterror (Cardedeu), Cryptshow (Badalona), FesTerror (Lloret de Mar) y Horrorvisión (Barcelona).