El edificio se extendía por cuatro manzanas de la ciudad, anteriormente ocupadas por un barrio residencial, destruido por un incendio.
Las termas fueron construidas entre los años 145 y 162 con el permiso del emperador Antonino Pío,[3] como muestra una inscripción dedicatoria.
Algunas expresiones permiten plantear la hipótesis que su fundación se debiera a ciudadanos patricios, quizás ayudados por exenciones fiscales por parte del emperador.
[4] Esta élite probablemente quería trasladar la arquitectura de Roma a Cartago, hecho nada improbable ya que, según Alexandre Lézine, había un arquitecto romano trabajando allí.
[8] Más adelante, Jacques Vérité reconoció la fachada frente al mar como la principal del complejo, después de investigaciones realizadas por Friedrich Rakob.