Asimismo, fracasó un intento en convertir a las Provincias Unidas de los Países Bajos en un protectorado inglés.El Parlamento, temeroso de que la alianza con Francia fuera parte de un complot para convertir a Inglaterra al catolicismo, forzó al rey a abandonar la costosa e infructuosa guerra.[1] Si bien Inglaterra, la República Neerlandesa y Suecia habían firmado una Triple Alianza contra Francia en 1668 para evitar que este país ocupara los Países Bajos Españoles, Carlos II de Inglaterra firmó el Tratado secreto de Dover con Francia en 1670, que implicaba que Inglaterra se uniría a Luis XIV de Francia en una campaña punitiva contra las Provincias Unidas.Carlos había esperado que un ataque a la República comenzaría en 1671, pero debió ser retrasado por un año debido a que los franceses necesitaban primero establecer relaciones diplomáticas seguras con dos principados alemanes claves: el principado de Münster y el arzobispado de Colonia.Por tanto, se había decidido permitir al ejército francés avanzar a través del principado de Lieja, una dependencia de Colonia, que se intersecaba con los Países Bajos Españoles, y luego atacar por sorpresa a la República desde el este en un área poco protegida.No obstante, Carlos empezó este intento de reclutar al joven príncipe recomendándole que se convirtiera al catolicismo, pues creía que el catolicismo se adecuaba mejor a los gobernantes absolutistas.Puesto que Inglaterra no se involucraría con su ejército más bien débil, fuera de una brigada inglesa en el ejército francés bajo el mando del Duque de Monmouth, su único esfuerzo sería realizado por la Royal Navy: para derrotar a su contraparte neerlandesa y bloquear la costa neerlandesa.Por ello, el rey intentó incitar la opinión pública en Inglaterra contra los neerlandeses por medio de un incidente serio.