La competición siguió un sistema de liga, de modo que los equipos de cada grupo se enfrentaron entre sí, todos contra todos en dos ocasiones -una en campo propio y otra en campo contrario- sumando un total de 30, 32 y 34 jornadas según el grupo.
Se estableció una clasificación con arreglo a los puntos obtenidos en cada enfrentamiento, a razón de dos por partido ganado, uno por empatado y ninguno en caso de derrota.
En caso de empate a puntos entre dos o más clubes en la clasificación, se tuvo en cuenta el mayor cociente de goles.
En los grupos con 16 equipos, los dos últimos clasificados jugaron la promoción de permanencia junto a equipos de categoría Regional que optaban al ascenso.
En los grupos con más de 16 equipos descendieron directamente los que quedaron clasificados en 17.ª y 18.ª posición; mientras que los clasificados en los puestos 15 y 16 jugaron igualmente la promoción de permanencia.