Se basa en el concepto de circuito, que comprende el flujo continuo de dinero entre diferentes agentes económicos, incluyendo hogares, empresas, bancos, gobierno y sector externo.
Los flujos monetarios se generan a través del gasto de los hogares en bienes y servicios, lo que a su vez genera ingresos para las empresas.
Asimismo, el sector externo, que abarca el comercio internacional y los flujos de capital, también influye en los flujos monetarios y en la economía en general.
Además, esta teoría considera que los flujos monetarios tienen efectos tanto reales como monetarios en la economía, lo que implica que las transacciones monetarias no solo afectan la cantidad de bienes y servicios producidos, sino también la asignación de recursos y la distribución del ingreso.
A continuación, se presentan algunas de las críticas y debates más relevantes en relación con esta teoría: