Teodón fijó la capital en Ratisbona, se casó con Folcaida, una aristócrata alamana, para construir también en Suabia una red diplomática fuerte.
Intervino en problemas exteriores, acogiendo a los fugitivos lombardos Ansprando y Liutprando, pretendientes de la Corona Férrea.
Fue el primero en hacer proyectos para la iglesia bávara, animando la evangelización del territorio con una férrea alianza con la política papal.
Las diócesis fueron distribuidas entre las principales ciudades, que asimismo servían como sedes ducales: Ratisbona, Salzburgo, Frisinga y Passau.
Teodón, al enterarse, conmovido por la pena transportó los restos del santo a Ratisbona.
Ni siquiera los documentos de la época hacen distinción entre uno y otro regente, por lo que no es seguro a quién corresponde cada historia.