Se trata de un ejemplo del barroco virreinal mexicano.
Su construcción se le dio a finales del siglo XVII y principios del siglo XVIII.
Es trabajo del arquitecto queretano Francisco Martínez y también del arquitecto y escultor Ignacio Mariano de las Casas, lo que se considera su obra maestra.
Con una historia que abarca tres siglos, este templo alberga cinco retablos de estilo barroco, todos ellos pintados en el siglo XVIII por Ignacio Mariano de las Casas.
Cada retablo está adornado con sinuosas formas vegetales, coronas y ángeles en diferentes posturas, ya que no es de piedra y está dedicado a diferentes santos.