Tautopónimo

En puridad, esa repetición debería darse en el mismo idioma aunque dados los escasos ejemplos —como arroyo Riachuelo— y, por extensión, se acepta que se refiera también al significado de términos tomados de otras lenguas, siendo este el caso más general (como desierto del Sahara, ya que «Sahara» viene de la transliteración a idiomas europeos del árabe صحرا, que significa ‘desierto’).Los topónimos más antiguos se refieren a las principales peculiaridades o accidentes topográficos —montañas (orónimos) y ríos (hidrónimos)—, y una de las formas primeras de identificarlos era describir o enumerar esas características físicas especialmente relevantes, siendo frecuente utilizar un nombre genérico: montaña, valle, agua, etc. Con el tiempo, las lenguas primigenias usadas en esas regiones cambiaron, evolucionaron o fueron sustituidas por otras (conquistas, invasiones...), manteniéndose, sin embargo, los nombres de esas peculiaridades, y así se convirtieron en nombres cuyo significado ya era desconocido para la mayoría de la población, lo que se conoce como deslexicalización.Tautopónimos de este tipo también muy famosos, en casi todas las lenguas, son el caso del lago Chad —ya que chad, en kanuri, significa ‘lago’— o del río Molopo, ya que molopo en tswana o setswana también es ‘río’.Por ello abundan en las cartografías digitales disponibles en línea las traducciones o transcripciones inapropiadas de otras lenguas, en las que muchas veces se incluye el descriptor geográfico como parte del nombre, sobre todo en aquellos idiomas en que se añaden los descriptores al final del nombre sin ninguna separación.Son ejemplos generalizados de estos nuevos tautopónimos que incluyen el descriptor geográfico: