Dieron su nombre a la península, la cual era conocida en la antigüedad como Táurica, Táuride y Tauris.
Los griegos identificaron a esa diosa táurica con Artemisa Tauropolo o con Ifigenia, hija de Agamenón.
Según Heródoto, el sacrificio consistía en golpear la cabeza de cada náufrago con un garrote y quitarla, luego enterraban el cuerpo o lo lanzaban por un acantilado, y por último clavaban la cabeza en una cruz.
A los prisioneros de guerra les quitaban las cabezas de igual manera, y la cabeza era puesta luego en un palo alto y situada en sus casas "para que la casa entera pudiera estar bajo su protección".
Se dedicaron a la piratería contra los barcos del mar Negro, lanzando incursiones desde su base en Símbolo (la actual Balaklava).