Es una parte integral de muchas culturas, sin embargo para aquellos que no están listos para un tatuaje permanente, hay varias alternativas.
En el reino nazarí de Granada se cultivó porque, según relata un cronista cristiano, «era muy preciada por los moros».
[2] En España, al contrario de lo que sucede en países como Alemania, Francia o Suecia, no está prohibida su utilización en tintes para el cabello, aunque se establece una concentración máxima muy restrictiva.
Sólo recientemente se ha introducido en Norteamérica y Europa como una adición al arte corporal bajo diferentes marcas comerciales de tatuajes temporales.
Los tatuajes temporales adhesivos se pueden imprimir en papel, películas plásticas, o combinaciones de ambos.
En la actualidad los tatuajes temporales adhesivos está teniendo un nuevo auge como accesorio de moda femenino.
Las nuevas tecnologías permiten una mayor calidad y la personalización del producto final a pequeña escala.