Contó con la producción artística de Alfonso Carbone.
La tapa fue realizada por el en ese entonces desconocido Pedro Dalton.
[2] Este disco inaugura la renovación del rock uruguayo de los ochenta, al romper con la tradición musical de las bandas uruguayas anteriores y distanciarse también del rock argentino de la época, así como del canto popular uruguayo.
[3] Es un disco muy distinto a los realizados por la banda posteriormente.
Las letras son cortas y la música minimalista.