Gracias a registros antiguos resulta evidente que el tajú procede del douhua chino.
Antes de las colonización española, los chinos han eran comerciantes habituales en Filipinas, lo que influyó en la cocina del país.
El ingrediente principal, el tofu blando fresco, se prepara con una consistencia muy parecida a las de una crema pastelera muy fina.
Las perlas de sago, compradas en el mercado local o palengkê, se cuecen hasta que tienen una consistencia gomosa y un aspecto blanco traslúcido.
Esto es especialmente frecuente en el centro de Manila y más concretamente en su bahía.