[1][2] En esta ciudad circulaba por la actual calle Arroyo, rodeaba el casco antiguo por el sector este, paralelo a la antigua muralla y continuaba entre la Real Fábrica de Tabacos y el Alcázar, por la actual Calle San Fernando, para desembocar en el río Guadalquivir junto a la Torre del Oro.
En algunas ocasiones eran las propias aguas crecidas del Guadalquivir las que entraban hacia el Tagarete y provocaban el desbordamiento de este.
[1] A partir de 1849 se realizaron en la ciudad diversas obras que primero entubaron su cauce y posteriormente lo desviaron hacia el arroyo Tamarguillo con objeto de alejarlo del casco urbano, pues su existencia causaba inundaciones y era fuente de enfermedades sobre todo en verano cuando las aguas se estancaban.
En la actualidad, del antiguo cauce urbano solo subsiste una pequeña parte reconstruido en el Parque Miraflores (Sevilla), el resto está entubado en el subsuelo.
Francisco de Quevedo lo citó en un romance titulado "Viejecita arredro bayas" y existe una comedia burlesca del siglo XVII de Francisco Bernardo de Quirós titulada "El cerco del Tagarete", en la que se relata una batalla entre los peces del río Guadalquivir y las ranas, sapos y anguilas del arroyo.