Fue en este contexto cuando Égica tuvo que enfrentarse a una conspiración para reemplazarle en el trono y asesinarle.
[4] Entre los conspiradores (Frogellios, Teodomiro, Liuvila, Tecla y otros) aparecieron parientes del rey Ervigio[5] como su viuda Liuvigoto, pero parece que esto fue una artimaña de Égica para liquidar a la familia de Ervigio;[6][7] aunque por otro lado E.
A. Thompson indica todo lo contrario, que la conspiración iba encaminada también contra la reina Liuvigoto.
Los obispos secularizaron a Sisberto, que además fue excomulgado, prohibiéndosele recibir la comunión hasta sus últimos momentos, salvo que antes obtuviera el perdón real; naturalmente se le confiscaron también todos sus bienes.
El depuesto metropolitano, asistente al acto, se confesó culpable, y escuchó la sentencia.