[6] A diferencia de poses complejas como siddhasana o padmasana, sukhasana se puede realizar con facilidad y sin entrenamiento ni preparación física.
Sin embargo, no es tenida por un método efectivo para la meditación avanzada, ya que dificulta mantenerse en equilibrio relajado e invita a encorvarse hacia delante.
Para evitarlo, es útil sentarse sobre un cojín duro o zafu, que permite elevar el asiento de los glúteos y elevar a espina dorsa, ayudando así a mantenerla recta y alineada con la cabeza.
[8] Tanto los términos sukhasana como yogasana aparecen en documentos antiguos hindúes, entre ellos el Darshana Upanishad, como la posición básica de meditación.
[10] El Kojiki y el Nihon Shoki de Japón muestran a Takemikazuchi y Futsunushi realizando el milagro de sentarse con las piernas cruzadas sobre espadas en punta.