Los lugares más frecuentes donde desarrolla su afición son los aeropuertos o zonas próximas a estos.
El identificar los aviones y llevar un registro de los observados, con sus cambios, características y demás eventualidades relacionadas, que es lo que normalmente hace un spotter, puede tener su origen gracias a la creación del Servicio Metropolitano de Observación (Metropolitan Observation Service) en el Reino Unido.
Con el fin de las hostilidades en 1945, los observadores entrenados que durante años se dedicaron a identificar las aeronaves y registrar sus movimientos, continuaron con la misma tarea, pero esta vez los fines dejaban de ser bélicos para pasar a ser recreativos.
Sin embargo, la mejora en la tecnología de detección temprana e inteligencia militar, así como el reconocimiento aéreo y satelital, fueron haciendo que los observadores, o spotters, dedicaran también su tiempo a seguir los movimientos de la aviación ajena al campo militar.
Al mismo tiempo, la afición pasaba de una generación a otra y las décadas de los 60 y 70 fueron el periodo en el que el spotting adquirió más fuerza a nivel mundial.